62 años, jubilada, Estados Unidos (Enero 2023)
El mejor programa de inmersión al español en el que he participado: el curso ofrecido por Vivir Bonito en la hermosa Morelia!
Sobre mí: Mientras crecía, tomé muchos cursos de español. Incluso algunos durante la universidad. Pero nunca tuve realmente la oportunidad de practicar, así que no retuve lo suficiente. Una vez que comenzó mi retiro, me propuse como meta explorar el mundo, especialmente Latinoamérica. Mi primera parada fue Antigua, Guatemala: una ciudad conocida por sus programas de inmersión completa en casas de gente local. Creí saber suficiente español para participar en programas de ese tipo. Pero no… ¡qué perdida estaba! Hubo mucha comunicación a base de gestos pero nada de comunicación real, ya que ninguno de mis maestros ni anfitriones hablaba inglés. Fue desmotivante. Así que decidí instalar Duolingo, lo cual me hizo aprender a practicar durante muchas horas por día. Pero no me ayudaba a aprender de verdad.
Una vez que regresé a Estados Unidos, decidí buscar algo distinto. Leí muchísimos folletos y envié muchísimos mensajes. Recibí muchas cartas formales como respuesta, pero nadie se tomó el tiempo de hablar conmigo en realidad. Hasta que un día, recibí un mensaje de Rodolfo contándome sobre un programa de inmersión de un mes que él mismo y su socio Berni operaban en la hermosa Morelia, México. No pasó mucho tiempo para que me diera cuenta que ese era el lugar ideal para mi.
Muchas cosas sobre este programa fueron atractivas: primero que nada, Rodolfo habla inglés (y francés también) de manera fluida, así que supe que podía hacer preguntas importantes y no pasar dificultades con maestros que no hablan inglés. Otro gran punto a favor fue que Rodolfo y Berni aman su ciudad… ¡y vaya que saben como divertirse! Berni es un excelente cocinero, nos preparó frescos y auténticos platillos mexicanos todos los días entre semana. Los fines de semana, fuimos muchos bellos lugares de Michoacán, tales como los santuarios de la mariposa monarca (una visita imperdible) y el viaje a la increíble región del lago de Pátzcuaro, lugar de donde es originaria la celebración anual del Día de los Muertos. También tuvimos lecciones de cumbia y salsa, visitamos los mercados locales, las iglesias, las plazas públicas y los museos que encontramos por toda Morelia.
Yo no quería ir a otro lugar lleno de gringos donde todo el mundo habla inglés. Quería vivir una experiencia auténtica que me permitiera salir de mi zona de confort. Morelia es una ciudad con 600 años de historia por explorar. En ningún momento temí por mi seguridad e integridad física, gracias a que Rodolfo y Bernardo estuvieron a nuestra total disposición en todo momento, incluso previo a nuestra llegada. Hablé con ellos muchas veces antes de mi llegada, cada detalle fue bien y minuciosamente arreglado. Me recogieron en la estación de autobuses y me ayudaron paso a paso para reservar mis transportes desde el último y hasta mi siguiente destino.
Ahora considero a Rodolfo, Bernardo y el resto del equipo que opera el hostal, como verdaderos amigos. Y lo mejor, ¡aprendí mucho español! Actualmente, esto me ayuda mucho ya que continúo viajando. No puedo agradecer lo suficiente a mis nuevos amigos por su amabilidad y atención.
¡Recomiendo altamente este programa!